El cloud computing ofrece uno de los entornos informáticos más valiosos del mundo: la oportunidad de poder trabajar con las cualidades técnicas de hardware y software de un servidor, permitiéndonos virtualizar un sistema operativo cuyo desempeño sería totalmente idéntico al de un ordenador tradicional sin red como el que poseemos en la actualidad. En esencia, infrastructure as a service cloud responde a esa legendaria frase de las redes sociales que indica que un ordenador sin Internet es similar a un coche sin motor.
Un cambio para el hardware
La propuesta que realiza el entorno cloud cambia por completo nuestra manera de asimilar la red y aprovechar al máximo la optimización que nos brinda el servidor. Grandes empresas grandes del sector como Microsoft, Google y Amazon se encuentran trabajando continuamente en sistemas que puedan responder a las necesidades del mercado.
El éxito del IaaS se encuentra en que el usuario final solo hará uso de herramientas exclusivas y escalables a sus necesidades reales. Hasta ahora, los ordenadores tradicionales venían siempre equipados con un sistema operativo que respondía integralmente a nuestras necesidades. Bajo este modelo de fabricación, el conjunto de programas y las tecnologías implementadas incidían en el coste del hardware.
En respuesta a esto, la infraestructura de esta capa del cloud computing propone una lógica que cambiará el rumbo de la economía informática y el marketing de productos de software. El cliente final solo hará uso de lo que realmente le sea necesario, lo que a su vez mejorará la velocidad de los sistemas y el rendimiento. Todo ello llevará a que el consumo de requerimientos y utilidades por parte de los servidores empiece a focalizarse también. Habrá servidores dedicados a un tipo de funciones específicas como lo puede ser para el desarrollo de software, usuarios determinados con tareas menos robustas, o incluso, la cobertura que se puede dar en el entretenimiento para el caso de los servicios de televisión o videojuegos.
Modificando el día a día de los usuarios
Esto también va a traer el desarrollo de servidores especializados en un sector. La optimización y reestructuración del servicio estará pensada de acuerdo a la gama de usuarios, lo cual es un proceso muy fácil de realizar si se revisan los logs y el comportamiento que está recibiendo este tipo de servicio. De este modo, la informática da un paso adelante en términos industriales, al permitir la creación de software y aplicaciones que realmente serán utilizadas y lo que a su vez llevaría a la muerte de muchos sistemas de información que resultan obsoletos.
Prácticamente este es el mismo protocolo que la humanidad ha empezado a utilizar a través de las plataformas de descargas de aplicaciones como las que ofrece Google y otros servicios similares. El usuario descarga lo que realmente le es necesario para implementarlo a través de su dispositivo móvil y eventualmente es posible analizar el impacto que cada software tiene de acuerdo a los protocolos de filtración de información.
Ese es el mismo modelo que la infraestructura como servicio espera brindar al cloud computing. Lo que representa desde es una reforma sustancial de todo lo que hasta ahora teníamos concebido del mundo de la informática. La cereza sobre el pastel de todo esto, es que todos estos programas funcionan en pro de las garantías que ofrece la red de redes. Así se pasa a un proceso de integración donde se le dará una versatilidad total a nuestra manera de comportarnos frente a los servidores y aprovechar al máximo todas las herramientas que nos ofrece.
Esto conlleva a que, por lo pronto, los servidores con este servicio deben potenciar la privacidad y protección de datos por parte del usuario. El IaaS debe ser fiel al mismo cliente y/o usuario del servicio, de modo que el uso de la virtualización del sistema sea efectivo a la hora de proteger el anonimato de este mismo. Lo que se avecina es realmente sorprendente. Se trata de una era donde aprenderemos utilizar nuestro tiempo y nuestro enfoque en lo que de verdad será necesario, dejando que los servidores se conviertan en el epicentro de nuestra actividad cotidiana.
