Hasta hace poco tiempo todo lo que prometía el universo del cloud computing (SaaS – PaaS – IaaS) resultaba fantástico, pero poco a poco la fantasía ha ido quedando de lado para convertirse en una realidad. Lo que este campo de tecnología nos posibilita es, a través de los proveedores, potenciar el servicio que se le está dando tradicionalmente a los ordenadores y a las bases de datos. Y por si esto fuera poco, la situación no se quedará tal y como está ahora, dado que todo indica que dentro de algunas décadas como mucho la población mundial aprovechará el uso de la plataforma que ofrece la nube como el epicentro de trabajo desde donde se organizarán toda clase de servicios vinculados a su vida diaria.
Todavía hay trabajo que hacer
Sin embargo, existe una cuestión que los analistas se han estado planteando sobre este cambio revolucionario. Este es el hecho de que se necesite del punto de apoyo que representa el soporte técnico y atención al cliente. Para tener una cobertura del servicio y que este marche de manera integral, se necesitará un ambiente de desarrollo constante que permita a todo servidor trabajar de manera óptima.
Este es un asunto de mucha relevancia que los proveedores están pensando en cubrir de la manera más profesional. Está claro que todo sistema, por muy robusto que sea, es susceptible a todo tipo de fallos y errores, los cuales provienen de una diversidad amplia de condiciones. Por muy lógico que parezca que un ordenador no pueda equivocarse en su cadena y estructura de comandos, esto sí es posible, como fruto y respuesta auténtica de que la tecnología también puede ser presa de una mala ejecución de sus comandos.
Cubriendo los flecos de seguridad
Si replicamos este problema al universo del cloud computing, el impacto dentro de unas décadas podría ser totalmente enloquecedor. Para las grandes compañías, que se presente un fallo dentro de su arquitectura de trabajo, por mínimo que sea en términos de minutos, puede constituir una pérdida de millones de dólares. Las agencias de publicidad y todas las empresas que necesitan de Internet para promover su imagen corporativa, tendrían importantes pérdidas económicas ante un fallo así.
Y qué decir del hecho de que comunidades de hackers puedan entrar en los sistemas bancarios, por ejemplo, para alterar por completo su estructura corporativa. Por suerte, los proveedores de servicios en la nube han sabido preveer este tipo de acontecimientos y han introducido importantes cambios para blindar la seguridad de sus equipos en cloud. La solución que han dado es el empleo de un sistema de información, optimizado con protocolos de red similares a los implementados en los softwares de VPN que existen en el mundo.
Más herramientas de seguridad
Si se emplea un protocolo como lo es AES de 256 bits u otros de la misma gama, podemos concebir la idea de que el concepto de las IP va a cambiar, impidiendo el rastreo de la actividad del usuario y permitiendo que no hubiera un rastreo posible para los delincuentes informáticos al atacar al sistema. Otros de los protocolos que podrían usarse serían: PPTP, OpenVPN, L2TP / IPSec. Con esto, los proveedores tienen suficiente motivos para blindar todas las capas de seguridad de la nube.
La importancia de un buen servicio de soporte informático
La otra cuestión que también se está teniendo en cuenta para garantizar la solidez de los sistemas en la nube es el empleo de sistemas propios de seguridad y la aplicación de una estructura de código totalmente nueva cuya responsabilidad de uso recaería sobre los mismos desarrolladores. Finalmente, otro concepto que se va a tener presente es el contar con personal de apoyo que pueda responder a los errores que se presenten en tiempo real, tanto en términos de hardware como en software.
Esta no es una tarea que realmente sea fácil de conducir. El soporte técnico debería estar dispuesto a brindar un servicio de cobertura disponible durante las 24 horas del día, los siete días de la semana y los 365 días del año. Así, las empresas de desarrollo de software y solución de problemas de informática, deberán replantearse la opción de trabajar en horarios nocturnos, tal como lo hacen las grandes corporaciones, donde la actividad nunca cesa. Todo esto deja sobre la mesa, el gran cambio radical que supondrá para el futuro la arquitectura del cloud computing.