Cuando vemos a un genio informático de la talla de Tony Stark, el protagonista de la saga de películas Iron Man, relacionarse con su asistente virtual, Jarvis, nos estremecemos. La tónica habitual es pensar que esto es algo que solo ocurre en el cine y cuyo origen es la ciencia ficción, pero la realidad es que se trata de algo mucho más cercano de lo que se podría imaginar. La tecnología está progresando mucho en los últimos años y cada vez la barrera entre ficción y realidad es mucho menor. Y buena demostración de ello es que asistentes de voz inteligentes como Cortana (Microsoft) o Siri (Apple) ya resultan útiles, aunque sea a pequeña escala y sin tanta inteligencia como nos gustaría.
El siguiente paso en el desarrollo de una inteligencia virtual como la que hemos visto en el cine recibe el nombre de Gatebox y se trata de una tecnología que procede de Japón. Aún no es tan avanzada como el sistema Jarvis de Iron Man al que hemos hecho referencia antes, pero está mucho más cerca de serlo. Es una creación de Vinclu, firma nipona que está trabajando para llevar la inteligencia artificial a un nuevo nivel a través de un asistente con el cual las personas tendrán buenos motivos para relacionarse.
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Así es Azuma Hikari
Por ahora Vinclu ha presentado a Azuma Hikari, una chica a modo de asistente virtual que aparece ante los usuarios dentro de un dispositivo a modo de cámara cerrada. Este es el lugar en el cual Azuma está confinada y de donde no puede salir, pero desde el cual tiene la oportunidad de gesticular, moverse y comunicarse con el exterior de una manera muy realista. Su cuerpo está formado por un holograma, pero de manera que resulte expresivo y que quienes se relacionen con ella tengan buenos motivos para asumir que se trata de un ente inteligente y no solo de un sistema que da respuesta a preguntas prefijadas (como es el caso de propuestas actuales como Siri). Vinclu ha alertado de que Azuma es solo el primer modelo de asistente holográfico, dado que tienen en mente varios diseños adicionales con la intención de que cada profesional pueda elegir su preferido.
Se piensa en Azuma Hikari, el asistente, como una herramienta fundamental en aquellas casas u oficinas en las que el Internet de las cosas haya vinculado todo tipo de dispositivos. Para un departamento técnico, donde se tiene acceso a teléfonos móviles, tablets, ordenadores y otros elementos, puede ser un gran añadido. La propia asistente se puede encargar de mantener la supervisión general de la red y de avisar en el momento en el que haya algo que no esté funcionando bien. También tiene capacidad para resolver dudas e incluso puede servir como apoyo para los empleados que tengan dudas informáticas que los profesionales TI puedan evitar responder a partir de ahora, con el ahorro de tiempo que eso conllevaría.
Azuma tendrá personalidad e inteligencia, con capacidad para tomar decisiones, gesticular y transmitir auténticos sentimientos, así como para dar la información adecuada en cada momento. Podrá conectarse también a electrodomésticos y aparatos eléctricos variados de la oficina y puede ser quien se ocupe, por ejemplo, de apagar todas las luces y poner la alarma en funcionamiento cuando todos los empleados hayan salido del lugar. Las posibilidades del asistente son elevadas si se le saca partido de forma conveniente.
Inteligencia adaptativa
Lo que más sorprende de esta propuesta de inteligencia artificial es que va a disponer de un sistema avanzado con el cual se irá adaptando a la cotidianidad de su entorno. Si tenemos siempre al holograma a nuestro lado mientras realizamos tareas de mantenimiento en la red de la empresa o cuando miramos los procesos de carga del servidor en nube, el asistente se acostumbrará y tomará pautas progresivas para que no haya que repetirle las mismas cosas más allá de unas pocas veces. Estará listo para aprender y ajustarse a la necesidad de cada usuario.
Gatebox aún no es una realidad, pero tendrá un proceso de financiación a través de crowdfunding en este mismo año 2016. La previsión es que multitud de empresas den el paso de participar en la elaboración de este proyecto a fin de beneficiarse de las mejoras y simplificación de conceptos y rutinas que puede aportar a los especialistas del departamento informático.
