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El concepto «Internet de las cosas» va mucho más allá de los objetos en sí: además de capturar la información, para que el Internet de las cosas tenga sentido es preciso analizarla. Aquí es donde entra en juego el big data, otro mercado en crecimiento. El cloud computing (la famosa «nube») también juega un papel clave en la sincronización de dispositivos provistos de Internet de las cosas y en el almacenamiento de los datos generados por ellos. El mercado del Internet de las cosas está compuesto por diferentes servicios profesionales y de seguridad en los sectores de las aplicaciones, la analítica, las plataformas de desarrollo, la conectividad y los dispositivos inteligentes en sí. Dentro de este último sector, el de los wearables, también se prevé una explosión del crecimiento durante los próximos años: para 2019 se calcula que existirán en el mercado 349.000 aplicaciones para este tipo de dispositivos. Debido a la gran variedad de este mercado, IDC prevé que ninguna empresa estará en disposición de ofrecer un servicio completo de principio a fin en todos los aspectos del Internet de las cosas, por lo que uno de los principales retos del sector será llegar a acuerdos entre socios que ofrezcan servicios complementarios. Según la consultora, el análisis de los datos derivados del Internet de las cosas permitirá mejorar los procesos corporativos, la toma de decisiones y la productividad no solo a nivel empresarial, sino también para la sociedad en general. Nos hallamos ante la transformación de la información en acciones: de «producir y vender», se pasa a un modelo de «sentir y responder». En lo que se refiere a los dispositivos conectados a Internet de las cosas, IDC estima que a finales de 2013 ya había 9.100 millones de unidades de Internet de las cosas instaladas, cifra que crecerá a un 17,5 % anual hasta alcanzar los 28.100 millones de unidades en 2020, fecha final de las previsiones. En cuanto a los retos del sector de Internet de las cosas, la firma señala las prioridades en competencia dentro de los mercados en desarrollo, la escalabilidad global, las preocupaciones sobre seguridad y privacidad, la falta de estándares y el naciente ecosistema de desarrollo de aplicaciones.Post relacionados:
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