Lidiar con técnicas sofisticadas de pirateo, espionaje y extorsión, y esquivar trampas como el phishing, el malware, los virus destructivos o el ransomware (un ataque desafortunadamente frecuente) es uno de los más ambiciosos objetivos de la ciberseguridad en las empresas. Dar una respuesta rápida a estas incidencias o el robo de datos es una necesidad.
La corriente teórica actual en las empresas apuesta por impulsar una estrategia de seguridad planificada, que establezca múltiples capas de protección sobre las redes, los sistemas de comunicación, las plataformas y, sobre todo, los datos de las mismas.
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Tendencias emergentes en ciberseguridad
El número de incidentes en ciberseguridad sigue creciendo y algunas voces han dado la voz de alarma. Un dato escalofriante: en 2019, el Gobierno de los EEUU, en concreto el FBI, recibió más de 350.000 reclamaciones por delitos perpetrados en la red de redes, un aumento de un 23% en apenas cinco años.
También se estafa más dinero, de 800 millones de dólares en 2014 a los 2,7 billones del 2018. Las pérdidas causadas por la piratería son cuantiosas y merman sin remedio la economía de los países. ¿Existe solución? No existe solución definitiva, pero ayuda mucho una inversión moderada en seguridad TI.
La inteligencia artificial como novedad destacada
Es una de las metodologías más punteras del momento y está ganando adeptos entre los ingenieros encargados de la seguridad en las empresas. Se refiere al aprendizaje que pueden los ordenadores y las máquinas asumir de forma automática y que se asemeja al que podría hacer el hombre.
Lo que en nomenclatura técnica se llama machine learning. La idea final es detectar amenazas gracias a las bases de datos y el histórico de ataques recibidos. Se basa en la premisa de que la tecnología puede ayudar a las organizaciones y empresas a detectar y responder mejor a las constantes amenazas de seguridad.
La implementación de la «confianza cero»
Esta teoría es bien sencilla: las empresas adoptan una política de confianza cero mediante la cual nunca se debe confiar en lo que llega por la red. Se torna obligatorio verificar las interacciones y acotar las posibilidades de infección.
Es una táctica defensiva que está funcionando en muchas compañías. Restrigen al máximo el acceso a los datos de la empresa y limitan las conexiones con el exterior.
Outsourcing TI
Esta tendencia propone una solución salomónica al problema de la seguridad. Externalizar el servicio y contratar directamente a un proveedor de confianza que proporcione servicios de outsourcing TI. Estas empresas se dedican exclusivamente a la detección, la prevención y el bloqueo de las amenazas e intrusiones externas. El 12% de las empresas europeas confiesan haberlas contratado y se estima que para el 2021 llegará hasta el 23%.