Dentro de la gestión de una empresa, la contabilidad es un básico a la hora de calcular el beneficio de la compañía teniendo en cuenta los ingresos y los gastos. Todas las empresas necesitan una infraestructura y una serie de recursos que gestionar para conseguir ventas de su producto y por tanto un beneficio a final del ejercicio, pero estos recursos conllevan una serie de gastos que hay que contemplar a la hora de cuadrar las cuentas.
Dentro de los gastos a los que tiene que hacer frente un negocio debemos distinguir entre gastos directos e indirectos. Los primeros son aquellos que se asocian con el producto, es decir, la materia prima necesaria para crearlo y la mano de obra que lo transforma. Dentro de los gastos indirectos podemos hablar de los que no se aplican directamente a un producto, sino que sirven en el desarrollo de la actividad de la empresa.
Hoy queremos hablar de un tipo de gasto indirecto que muchas empresas añaden a su contabilidad y que hay que tener en cuenta a la hora de hacer el balance de beneficios.
La gestión informática como gasto indirecto
La mayoría de las empresas utiliza hoy en día algún componente tecnológico que les ayude a desarrollar su actividad de la mejor forma posible. La informática ha ayudado en los últimos años a rentabilizar los procesos de negocio de las empresas, pero la utilización de este tipo de herramientas requiere una contabilidad de los gastos.
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Según la naturaleza y el funcionamiento de la compañía, se pueden contabilizar diferentes costes informáticos. Los más comunes, por supuesto son la adquisición de equipos, tanto software como hardware y el mantenimiento informático, que se puede hacer por parte de un departamento concreto o a través de una empresa proveedora.
Sin embargo, en los últimos tiempos se está popularizando el cloud computing, es decir, la gestión informática en la nube. Este tipo de servicio se caracteriza por permitir llevar a cabo la actividad de la compañía sin necesidad de depender de una infraestructura en el propio local. Así, se puede acceder al servicio desde cualquier lugar y en todo momento y cada empleado puede disponer de su cuenta de acceso para evitar problemas de privacidad.
Otra de las principales ventajas del cloud computing es que reduce mucho los costes, tanto de gestión como de mantenimiento, por eso es la solución favorita de muchas compañías.
Es importante entender que herramientas informáticas como estas no se pueden contabilizar como gastos directos porque no forman parte del producto final, pero está claro que contribuyen al funcionamiento de la empresa. Es por eso que hay que calcular el retorno de la inversión, estudiando el coste de la herramienta y el beneficio que aporta al conjunto del negocio.
Normalmente, las herramientas de informática en la nube garantizan un retorno de la inversión claro, porque sus costes son muy reducidos, y suelen pasar por una compra de licencia inicial y un bajo coste de mantenimiento que repercute de forma muy positiva en la producción de la compañía.
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