El final de una era – Windows XP 2001-2014
El momento está a punto de llegar. Windows XP, el sistema operativo de Microsoft más habitual en el parque informático mundial está a punto de dejar de tener soporte por parte de su fabricante. Y su hermano, Office 2003, también lleva el mismo camino.
En el año 2001 empezó a entrar en nuestras vidas reemplazando rápidamente a su predecesor, Windows 98. Microsoft pone a todos sus productos una fecha de caducidad, y la de Windows XP era Enero de 2008.
Debido al poco éxito de su sucesor Vista, al tiempo que tardó Windows 7 en presentarse en el mercado y a la gran implantación de dicho sistema, Microsoft ha ido aplazando su fin de vida hasta el 8 de abril de 2014 y ahora sí que parece una fecha definitiva.
El objetivo evidente de esta caducidad es que los usuarios renueven sus equipos y sigan comprando sus productos, pero es evidente el coste que tiene actualizar un software diseñado hace más de 10 años para adaptarse a un mundo tan dinámico como es el de la tecnología no es asumible por casi nadie.
Pero todo esto ¿Cómo afecta al usuario que sigue con su equipo con Windows XP? A partir de esa fecha ya no habrá actualizaciones de seguridad para dicho sistema y será un maravilloso objetivo de ataques y virus, así que está más que claro que hay que evolucionar. Windows 8 está ya en el mercado pero no está funcionando como Microsoft esperaba, los cambios han sido muy grandes y los beneficios no son tan claros para la mayor parte de los usuarios. Por tanto parecería que la única opción sería Windows 7.
Comprar nuevos equipos con Windows 7 (o adquirir licencias para equipos existentes) es evidentemente la solución “fácil” y también la más cara. Es necesaria una nueva inversión que no siempre es viable.
apser, en calidad de asesor y gestor de las TI de sus clientes aconseja en cada caso diferentes opciones. La mayoría de ellas tienen en común un factor que cada vez juega más papel en el mercado, las tecnologías cloud. El planteamiento es el de quitar cada vez más importancia a los puestos locales para centralizar los servicios en plataformas en la nube.
En una empresa típica, la recomendación habitual es la de disponer de un servidor cloud al que se conecten todos los trabajadores. En dicho servidor deben instalarse las herramientas de trabajo habituales (ERP, ofimática, email, etc). Este planteamiento puede facilitar el trabajo desde cualquier ubicación, permite una gestión eficiente de las copias de seguridad, facilita que el entorno esté actualizado y protegido, convertiría las inversiones en gastos mensuales, permitiría que las funcionalidades y los costes se adaptaran a las necesidades del cliente en cada momento, etc.
Al disponer de una plataforma de trabajo remota, el papel que juegan los sistemas operativos y los PC’s de los usuarios puede replantearse. Para conectarse a un servidor remoto no hace falta un PC completo, actualmente estamos ofreciendo soluciones basadas en tecnología “ThinClient” o “CloudClient”.
Estas soluciones se basan en equipos muy sencillos y robustos, sin partes móviles, más económicos que los PC’s y con una vida útil mayor. Su única función se restringe a acceder al servidor, con lo cual los problemas asociados a un PC, como versiones de software, virus, posibilidad de fugas de información, etc. se reducen a la mínima expresión.
El consumo energético también es mucho más bajo, con lo cual los ahorros se reciben por múltiples vías.
Esta solución no suele aplicarse al 100% de los trabajadores, porque siempre habrá usuarios que necesiten un PC completo o un portátil, pero una gran parte de los trabajadores de las empresas tienen en este planteamiento una solución adecuada a sus puestos de trabajo.
Incluso es posible pensar en soluciones híbridas, reaprovechando equipos antiguos con sistemas linux de bajo uso de recursos y securizados correctamente para que ofrezcan servicios muy similares a los de un equipo como los descritos.
Parece interesante aprovechar que XP nos abandona para replantear la infraestructura TI, optimizar costes y mejorar eficiencia. Y de la mano de estos cambios, podemos pensar en aplicar el planteamiento a otras tecnologías, como contratar servicios de telefonía ip en la nube en vez de la clásica centralita física o migrar los servicios de correo clásicos a plataformas online como Google Apps oMicrosoft Exchange Online
Cuenta con nosotros para ayudarte a tomar la decisión que mejor se adapta a tus necesidades.